miércoles, 1 de julio de 2009

Los buenos tiempos volverán


La minería peruana se vio afectada por la crisis internacional, pero está recuperándose.
Con la reactivada demanda de China los precios nuevamente comienzan a alcanzar niveles interesantes.
«Perú: país minero» no sólo es una antigua frase que nos recuerda nuestra tradición minera. También expresa que la condición de país exportador de minerales no se ha perdido y que, por el contrario, ahora se hace más evidente que nunca. Aproximadamente el 60% de las exportaciones peruanas corresponden al sector minero, mientras que alrededor del 14% del producto bruto interno del país es explicado por esta actividad.
Por cierto, en los últimos años la coyuntura internacional fue muy favorable. Pero además las empresas mineras peruanas supieron aprovechar el buen momento para guardar «pan para mayo». Eso les ha permitido afrontar con buen pie la actual crisis económica internacional y sus efectos sobre los precios de los minerales.
En estos días, la crisis aún no ha pasado del todo, pero ya se empiezan a ver signos de recuperación en los precios de los minerales, por lo que se avizora un futuro positivo para el sector. Lo cierto es que la minería peruana se ha transformado, y lo ha hecho tan rápidamente que llegamos a olvidar que hace sólo unos años se decía que este sector necesitaba ayuda del Estado.
El Estado como protagonista.La conformación del sector minería hace un par de décadas era muy diferente a la que a-hora podemos apreciar. César Fuentes, catedrático de la Universidad Esan, recuerda que antes del boom minero de los años 90, los grandes actores eran las empresas del Estado: Centromín Perú y Hierro Perú. También el Estado desempeñaba el rol de comer-cializador de muchos minerales, a través de la empresa Minpeco. La gran minería se en-contraba representada por Southern Peru (en sus operaciones en Toquepala y Cuajo-ne), Cerro Verde y Tintaya (que en sus inicios fue estatal).
«A partir de 1990 se produce un fenómeno muy interesante. Como ministro de Energía y Minas se encontraba entonces Fernando Sánchez Albavera, quien revisó la norma-tividad minera entonces vigente. No siendo minero de tradición, Sánchez se sintió muy libre para realizar una simplificación bastante grande en el sector, estableciendo que las concesiones se otorgarían al primero que las solicitaba. Además creó un mecanismo objetivo para definir la propiedad de cada concesión, ya que antes no sólo existía un problema registral complicadísimo, sino que no había un registro único», afirma Jaime Quijandría, socio de la consultora Laub & Quijandría, especialista en temas energéticos y mineros.
Importante presencia local.Con estos cambios, el Estado se retiró de su papel de actor central de la minería peruana y se dio inicio a una nueva etapa, dominada por el sector privado. La composición del sector generada luego de esas transformaciones es interesante. Especialmente si se la contrasta con la composición del sector minero de Chile, por ejemplo, se puede apreciar que en ese país, con excepción de la empresa estatal, las compañías son fundamentalmente extranjeras.
Nuestra minería es esencialmente peruana, fruto de la tradición de muchos años y de familias que se han dedicado a esta actividad, como la familia Benavides de la Quintana. Eso ha motivado también que los intereses mineros que se aprecian en el Perú sean ligeramente diferentes a los de una gran corporación mundial.

Por: Lourdes Marquina Calderòn

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